Sois muchos los que nos preguntáis por qué los Selle SMP son tan cómodos.
Porque se han diseñado para vuestro cuerpo.
¿Pero cómo consiguen estar diseñados para el cuerpo de cada ciclista?
Sencillo: porque están diseñados con mucho, muchísimo cuidado.
Lo que significa este cuidado, lo explicamos en este artículo. Todos los Selle SMP están diseñados con la contribución fundamental de los ciclistas. Justamente vosotros.
Antes de cada lanzamiento, hay un trabajo invisible, pero constante y fundamental.
La realización del prototipo: el sillín toma forma.
El prototipo es el sillín preparado para probar que nace según nuestro diseño ergonómico patentado. Para llegar a este diseño hemos realizado diferentes experimentos, de los cuales hemos hablado en este artículo sobre los sillines «antiprostáticos» que realmente funcionan.
En resumen, el prototipo es un sillín estudiado hasta el mínimo detalle para adaptarse al cuerpo humano y eliminar las molestias y los dolores de los ciclistas. Y es justamente aquí donde entráis en juego vosotros, los amantes de la bici.
La prueba en campo: ¡a pedalear!
En cuanto se ha definido en prototipo, pedimos a ciclistas profesionales, equipos y aficionados que los prueben, incluso durante muchos kilómetros. El prototipo comienza a hacer su trabajo: se monta en las bicis y se prueba en carretera, por senderos y en los circuitos. Obviamente también en la empresa lo probamos: no estamos siempre en producción o en nuestras oficinas. En cuando podemos tomamos las bicis, lo probamos y lo volvemos a probar. Hasta que estamos satisfechos.
Esta es la fase más importante de la realización de uno de nuestros sillines. De las pruebas de los ciclistas recogemos datos empíricos, sensaciones, opiniones, propuestas, consejos y, por qué no, también críticas. El objetivo es siempre el mismo, pero no es banal: crear un sillín cómodo. Por ello estamos abiertos a cualquier tipo de opinión.
Así ha sido para cada uno de nuestros sillines: de la primerísima Pro hasta las últimas F20 y Vt30C. Los ciclistas los han probado y nos han ofrecido unas opiniones muy válidas para mejorar aún más el prototipo. Y así llegamos a la fase final.
Acabado: un cuidado meticuloso de todos los detalles
Esta es la fase en la que recogemos las preciosas contribuciones de los ciclistas y las utilizamos para poner a punto el nuevo sillín. Hablamos justamente de perfeccionamientos. Por ejemplo, si es necesario, modificamos las medidas trabajando al milímetro. O cambiamos un material que no ha ofrecido el rendimiento esperado. Todo debe ser perfecto para que los sillines sean realmente cómodos.
Al final de este trabajo fundamental, ya no se habla de prototipo sino de producto preparado para el lanzamiento.
Así el sillín está a punto: preparado para superar cualquier prueba, para soportar cualquier situación y sobre todo para apoyar a los ciclistas sin que noten ningún hormigueo o molestia. Tan cómodo que parece que no está.