Si en Italia las bicis gravel (o de grava, en español) pueden parecer una moda, en Estados Unidos, por contra, nacen de una necesidad práctica, porque casi ninguna carretera secundaria está asfaltada. Y son muchos los ciclistas que surcan estas carreteras para huir del tráfico motorizado, cada vez más invasivo. Por eso, en Estados Unidos cada vez más gente está redescubriendo el placer de pedalear en las carreteras sin asfaltar y las ventas de bicis gravel están creciendo de forma exponencial.
Entonces, las bicis gravel ¿qué son? En términos sencillos, podemos decir que se derivan de las bicis de carrera y del ciclocross, con una cierta predisposición al cicloturismo. Desde un punto de vista técnico, la geometría del cuadro permite mantener una posición más erguida y menos extrema, y una conducción más cómoda y estable. Las ruedas llevan neumáticos más grandes y una hilera de tacos, los frenos son de disco y la solidez del conjunto es superior. En definitiva, hablamos de una bici muy versátil porque se utiliza para pedalear también por carretera además de por desmonte.
La bicicleta gravel todavía es joven, pero está copando una cuota importante del mercado italiano, lo que nos lleva a pensar que no se quedará en una tendencia pasajera. Aunque muchos la consideran solo una moda, para otros, por el contrario, es una auténtica pasión, un estilo de vida. Todavía es pronto para saber si la gravel se quedará en un fenómeno pasajero o no, solo el tiempo podrá decirlo definitivamente.