Seguramente has oído hablar del sillín antiprostático o, mejor todavía, llevas uno en tu bici. Lo que quizá no sabes es que este tipo de sillín nace para resolver muchos problemas, no solo los relacionados con la próstata. Y lo que puede sorprenderte es saber que no todos los sillines con el orificio los resuelven de verdad. ¿Intentamos aclarar todo esto un poco?

Los sillines que suelen definirse como «antiprostáticos» se han diseñado para responder a diversos que se manifiestan en la zona de los genitales, tanto masculinos como femeninos.
Estos problemas están provocados por el aplastamiento de venas, arterias y nervios de esta zona. La sensación más típica es notar un hormigueo o entumecimiento, esto es, que una parte de los genitales está «dormida». Pero hay también problemas más graves que afectan a la fertilidad, la dificultad para orinar, la próstata y otras enfermedades.
Además, en el sillín habrás notado dolor o molestias: en este caso los genitales pierden sensibilidad durante y después del entrenamiento en bici. El médico habla de molestias que derivan del aplastamiento de las venas y de los nervios de la zona genital, pero el resultado es que el ciclista no disfruta de la bici.

En resumen, el cuerpo humano no ha sido diseñado para estar sentado en el sillín. De hecho, la bicicleta es también una de las causas de pequeñas lesiones en el pene y en la vagina, esto es la zona perineal y genital, lo que los ciclistas llaman “el perineo”.

Por este motivo, ¿debería dejar de montar en bici? Por supuesto que no. La bicicleta es accesible a todo el mundo y es un ejercicio físico aeróbico que tiene efectos beneficiosos a nivel cardiovascular, algo que corroboran numerosos estudios médicos.
Por este motivo, el ciclismo es una de las actividades más practicadas en el mundo. Millones de personas de todas las edades utilizan la bicicleta para trasladarse, divertirse, mantenerse en forma, practicar deporte y cicloturismo. Pero entonces, ¿cómo disfrutar de la bici sin molestias ni problemas? Con el sillín adecuado.

¿Cómo debe ser un verdadero sillín de bicicleta «antiprostático»?

Antes que nada, tienes que elegir un sillín ergonómico, esto es, con un canal amplio y completamente abierto en sentido longitudinal. Con este «orificio», sea cual sea tu postura, el peso se apoya solamente sobre los huesos de la pelvis (las tuberosidades isquiáticas) y no hay compresión de la región genital.

La forma de la punta del sillín también es importante. Una punta curva hacia abajo, además de mejorar el control de la bici, evita el aplastamiento de los genitales externos cuando se adoptan posiciones con una inclinación muy marcada hacia abajo sobre el manillar.

Por último, la forma de la superficie de apoyo es crucial. El aumento de la carga sobre los huesos de la pelvis puede provocar entumecimiento y dolor en la zona de los glúteos. Para evitar estas molestias, presta atención al diseño de la superficie de apoyo y prueba el sillín. Las diversas formas han sido diseñadas para adaptarse a la complexión física y a la postura específica de cada persona.

Ahora que ya sabes reconocer un buen sillín de bici «antiprostático», echa un vistazo a nuestros sillines aquí. O bien, lee la investigación médica (aprobada oficialmente por la comunidad científica internacional) con la que Selle SMP ha conseguido 5 patentes mundiales.

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